La gestión logística como ventaja competitiva

La logística es la ciencia y  arte de disponer de los recursos adecuados en el momento y lugar oportuno. Se trata de  responder a preguntas¿qué? ¿cuando? ¿donde? ¿cómo?  y ¿a quien?.  Es una disciplina antigua que va mucho más allá del campo empresarial. Hunde sus raíces en lo militar y ha jugado un papel clave a lo largo de la historia en el desempeño de muchas batallas.

Los sitios, una táctica militar tan frecuente hasta la invención de la aviación aérea, no son más que una forma de guerra logística.  Cercar al enemigo hasta que agote sus recursos y una vez agotados esperar  a que se rinde o caer sobre él. Fue así como los romano tomaron Numancia.

Durante siglos, los grandes estrategas militares han mostrado su honda preocupación en todos los asuntos relativos a la logística, conscientes de que hasta el ejército más poderoso, sin suministros, acaba convirtiéndose en una legión de desesperados famélicos. Todo este conocimiento ha sido en gran parte  transferido a las empresas en su batalla por conquistar los mercados.

La guerra de nuestro tiempo

Hoy en día con  unos mercados internacionales totalmente conectados y con las fronteras más permeables de la historia, la gestión logística se ha convertido en aspecto crucial. Máxime cuando la diferenciación por producto es cada vez más difícil. Y la batalla de la imagen de marca  y la publicidad sólo puede ser jugada por los grandes jugadores.

El tener la habilidad de colocar nuestro producto en el lugar y momento adecuado, a un precio asumible por nuestros clientes, pone a nuestra empresa en una posición ventajosa. No hay que olvidar que el producto que no está disponible a la hora de ser comprado se convierte en un producto inexistente.

La gestión de la cadena de suministros

No solamente hay que saber hacer llegar al cliente nuestros productos, también es crucial saber abastecerse. Esto puede marcar la diferencia entre ser competitivos o no serlo. El mantener un nivel mínimo de stock, hacer un aprovechamiento total de las compras y obtenerlas al  mejor precio posible, es un factor clave si queremos hacer a nuestra empresa competitiva en precios.

Para lograrlo hay que crear relaciones estables y duraderas con nuestros proveedores. Comunicarles de manera inteligente que es lo que necesitamos, para que se adapten más fácilmente a nuestras necesidades y ofrecerles los incentivos adecuados. Para recorrer un camino largo, nada mejor que contar con socios de largo recorrido.

La gestión competitiva de la logística

Algunos estudios determinan que los costes totales de la logística suponen un 30% del total de los costes de la empresa y suponen un 9.25% de media sobre el precio de venta.

Muchas veces la clave no es estar en todas  las batallas, sino en encarar aquellas batallas que  realmente merecen la pena. Especialmente en aquellos sitios pocos rentables. La base fundamental de una gestión logística competitiva es tener bien identificados los costes operativos y saber cómo son afectadas por variables como la ubicación, el producto, forma de pago u otras como el nivel de servicio al cliente. Muchas veces unos altos costes logísticos vienen asociados a la presencia en mercados y clientes que no son realmente interesantes o que todavía no hemos encontrado una forma para poder abordarlos con una mayor rentabilidad.

Para hacer esto de manera exitosa tenemos que tener claro la identidad de nuestro producto y de nuestra empresa. Nadie espera poder encontrar una botella Möet Chandom en una tasca de pueblo. No tiene sentido servir vino de marca “Hacendado” en Puerto Banus. Son dos ejemplos muy extremos. Pero en cualquier categoría o rama de productos y canal de distribución es fácil encontrar ejemplos de presencias inadecuadas.

Cada vez que hacemos un esfuerzo para colocar nuestro producto en un canal o en punto de venta que no nos interesa, estamos desperdiciando una energía valiosísima que podría ser empleada en propósitos más adecuados.

La cuestión de los recursos propios en la logística

En la guerra tradicional siempre ha habido una cierta desconfianza hacia los mercenarios. Aunque el fondo cualquier soldado que cobra un salario, es un mercenario. Cuando está en juego algo tan crucial como la hegemonía o la supervivencia de un país es lógico no  contar con extranjeros.

Pero en la lucha por los mercados, todos somos extranjeros y mercenarios. Salvo el emprendedor o visionario que quiere sacar adelante su proyecto y los que se unen a él por convicción o afinidad personal (que son una ínfima minoría), todos estamos en esto por dinero.  El principal ánimo de los mercados es el lucro. Por eso hay que saber valorar los recursos ajenos.

Se puede hacer un gran producto sin tener una sola fábrica. Se puede tener una gestión logística excelente sin poseer un solo camión o almacén. Alguna empresa como Nike, que es puntera en su segmento no tiene ni lo otro. Coca-Cola tampoco.

Por eso tener una estrategia logística ganadora es una cuestión de conocimiento, ideas, control, información, relaciones e ímpetu.

Cuando planteamos un sistema logístico debemos de ser capaces concebirlo no como algo fijo y monolítico. Sino con un organismo vivo. Adaptable, abierto en constante búsqueda de señales de su entorno. Con un propósito. Sólo así conseguiremos hacer de la nuestra gestión logística una ventaja competitiva.