¿Qué hay detrás de la nube?
Al igual que detrás de cada nuevo paradigma tecnológico, lo que se esconde es una intensa y cruel guerra comercial, donde cada bando intenta conquistar la mente de los consumidores para más tarde poner la bandera en su bolsillo. En esta contienda se distinguen cuatro bandos, que van intercambiando alianzas y cambiando posiciones: los fabricantes de procesadores, los fabricantes de software, los de equipos y los proveedores de servicios de internet. El objetivo de todos es cómo siempre ocupar la mayor superficie posible del mercado.
Por un lado los fabricantes de procesadores son los menos beneficiados con esta nueva tendencia de la nube. Básicamente porque su difusión, acarrea un uso más eficiente de potencia computacional, lo que en cristiano significa: hacer lo mismo que menos procesadores, es decir menos pasta para ellos. Mientras que los proveedores de servicios de internet hacen trabajar sus equipos a todo trapo, los propietarios de equipos portátiles o de escritorio, tanto a nivel profesional cómo personal hacen un uso menos intensivo de la capacidad de sus equipos y esto es un gran negocio para los fabricantes de procesadores.
Por otro lado tenemos a los proveedores de servicios de internet, cuyo objetivo es que utilizamos la web hasta para mirar la hora, así poder ponernos un anuncio al lado o que en vez de llamar a nuestro cónyuge a viva voz desde una habitación a la otra, le pongamos un mensaje privado a través del Facebook. Por otro lado, algunos proveedores de servicios cómo Google han hecho sus pinitos con el software tradicional, de hecho Chrome OS no deja de ser una alternativa a Windows.
Los fabricantes de software tienen una posición oscilante, aunque por un lado la mayor fuente de ingresos de empresas cómo Adobe o Microsoft es la fabricación de software para equipos, estos a su vez, también están intentando a la vez convertirse en proveedores de servicios a través de internet (de hecho Microsoft lo era antes que Google). Están por decirlo de algún modo nadando entre dos aguas, no quieren que una moda tecnológica arruine su principal fuente de ingresos pero por otro lado tampoco quieren renunciar al dinero que puede venir de la nueva ola
Así que cuando su oiga voces en contra o favor de la nube, tal vez estas líneas puedan ayudarle a tener un juicio más fundamentado sobre la veracidad de esas afirmaciones, calibrando quien dice hace esas afirmaciones y qué interés tiene en todo esto.
Pero entonces: ¿debería utilizar el software en la nube en mi empresa?
Esta es una pregunta demasiado compleja para poder ser respondida con un sí o un no. Lo primero que debemos tener en cuenta es que también existen nubes privadas. Es decir, en vez alojar sus aplicaciones y datos en servidores de terceros, usted puede comprar sus propios servidores y montar su propia nube. Dado el carácter crítico de la información de la información que almacenan muchas empresas, esta opción parece mucho más asumible.
Lo que es seguro, es que a día de hoy, la empresa 100% en la nube es una quimera al menos para un gran número de empresas. Si sus trabajadores tienen que hacer uso de aplicaciones pesadas como Autocad, Photoshop u otras, el alojarlas en la nube, no tiene ningún sentido. En muchos casos no es técnicamente posible y en la mayoría de ellos es totalmente desaconsejable.
Otra cuestión muy distinta es el caso de las grandes aplicaciones empresariales, que son utilizadas por muchos usuarios que trabajan con datos compartidos, especialmente cuando se exige una cierta integridad y uniformidad a la información que se comparte. Existen desde finales de los 90, aplicaciones ERP , como JD Edwards EnterpriseOne que son 100% web. Preparadas para ser alojadas en nubes públicas o privadas permiten a las empresas sacar el máximo partido de este tipo de arquitectura, facilitando la movilidad de los usuarios y la integración con otro tipo de sistemas. En el campo del CRM, son muchas las aplicaciones que como SalesForce o CRM On-Demand han funcionado durante décadas con excelentes resultados. En el campo de la gestión documental también encontramos excelentes aplicaciones web que nos permiten sacar el máximo de este tipo de arqutiectura.
Por lo tanto antes de de decidir si su empresas debe montarse en la nube, tiene que plantearse muchas preguntas, acerca de lo que realmente necesita su empresa. Hace dos años se pronostico que en 2012 el X % de las empresas trabajarían solamente con aplicaciones en la nube y que la vieja informática había muerto. A día de hoy una parte importantísima de las empresas trabaja con Windows XP, uso el Office 2003 y tienen Internet Explorer cómo navegador principal.