La empresa ligera: la nube, perro viejo con nuevo collar (I)

La empresa ligera: el futuro de la nube

Si hoy en día hay un tema candente en el mundo de las tecnologías de información, ese es el de la nube o cloud computing. La nube, es un perro viejo con un nuevo collar. Se basa utilización de servicios de computación a través de internet para almacenar y procesar información.  Cosas tan poco novedosas  como Hotmail o la aplicación de correo de Terra no dejan de ser perfectos ejemplos de “cloud computing”. Los avances en estándares cómo Javascript, HTML5 o incluso del denostado Flash, han permitido dotar a las aplicaciones  web de un aspecto y usabilidad muy mejorada, equiparándolas en muchos casos a las aplicaciones de escritorio.

¿Para qué sirve y para que no sirve la computación en la nube?

Como decíamos antes la computación en la nube sirve para dos cosas básicamente para dos cosas: almacenar información y utilizar programas informáticos.

Hay que tener en cuenta que esta no siempre es la opción más interesante, dependiendo de nuestras necesidades de seguridad, disponibilidad y rapidez de acceso a la información.  Por eso muchas empresa se resisten a tener almacenada toda su información en el servidor de un tercero. Aunque sobre el  papel no hay ningún problema, la realidad siempre es una fuente de sorpresas. Por contra tenemos la cuestión de la velocidad, por muy ancha que sea nuestra conexión de banda, el acceso no será tan rápido cómo a los archivos almacenados en nuestro equipo, dado que estamos expuestos a la saturación de servidores del proveedor en cuestión, problemas en la línea o incluso las limitaciones de nuestro propio equipo o router wifi.

cloud_compu

A la hora de utilizar programas en la nube, la cosa no es tan sencilla. Hay aplicaciones más pesadas como Phothoshop, Autocad u otros programas de diseño en 3d que exigen de una alta capacidad de procesador y una importante utilización de disco duro. Alojar este tipo de aplicaciones en la nube, disminuiría mucho su rendimiento, en el caso claro está de que sea posible hacerlo. Si nuestra empresa tiene un almacén automático, no parece tener mucho sentido alojar el software que lo controla en un servidor de Amazon.

Por otro lado aplicaciones gigantescas como GoogleMaps o Facebooks que no pueden ser almacenadas en ningún equipo.  Y aunque pudiera hacer, tampoco tendría mucho sentido, ya que son usadas por millones de usuarios y cada uno de esos usuarios utiliza una parte ínfima del potencial de la aplicación.  Además exigen de constantes revisiones, modificaciones de código, aumento de la base de datos, que no tendría ningún sentido hacer en todos los equipos de cada usuario, mejor que se ejecuten una sola vez en el servidor central.  En casos como este el modelo cliente/servidor con conexiones a través de internet  es claramente la opción más adecuada. No hay más que echar un vistazo a Twitter, Facebook, Google y otras para convencerse de que a día hoy esta es la mejor manera de hacer las cosas. Pero… ¿hasta dónde puede llegar la nube…?

La nube hace aguas: Google Chrome OS

En 2009, a los pocos meses de haber lanzado su exitoso navegador Chrome, Google anunció el lanzamiento de un nuevo sistema operativo orientado a la nube. La criatura fue bautizada como  Chrome OS y pretendía ser un nuevo paradigma tecnológico: equipos sin prácticamente disco duro y procesadores mucho más livianos,  dado que actuarían como meros terminales de conexión a la nube. Esto en teoría debía hacerlos mucho más baratos, con tiempos de arranque reducidos prácticamente cero (cosa que ya sucede a día de hoy con los ordenadores y tablets en modo reposo).

Si tuviéramos que juzgar la iniciativa por éxito cosechado hasta hoy, sólo cabe una valoración: fracaso.  A día de hoy el número de equipos  vendidos con Chrome OS ha sido infimo. Por si fuera poco el precio de los primeros equipos han tenido un coste cercano a los  500€, precio por el cual se puede obtener un portátil con características bastante decentes y muchas más prestaciones y posibilidades  que un Chromebook. Si algo ha quedado demostrado es que la nube no es tan blanca cómo la pintan. ¿o acaso no hemos escuchado ya bastantes cuentos cómo para desconfiar de los grandes milagros? ¿no habeis tenido nunca alguna decepción con nuevas tecnologías que luego no han resultado ser tan buenas cómo cuando las  anunciaron?

zp8497586rq
WRITINGNARRATIVEESSAY.COM
zp8497586rq