¿Hasta que la muerte nos separe? Ser infiel a su ERP

Según un estudio de 2006, España era el país de la Unión Europea donde más duraban los matrimonios, con una media 13,8 años. ¿Hay algo que dure más el matrimonio en esta vida? No lo sabemos, pero uno de los posibles candidatos a disputar el título de relaciones longevas  es el de la empresa con su ERP.  Una vez que una empresa se decide en serio por una solución, es muy raro ver un divorcio. Como en todos los casos existen excepciones…

El caso más común tal vez sea el de las empresas que en su caso optaron por productos de pequeños fabricantes de alcance local. Estos por lo general tienen más difícil su supervivencia en mercado competitivo en el que hay estar continuamente invirtiendo en desarrollo para mantener las herramientas actualizadas. En el mejor de los casos estos pequeños fabricantes son absorbidos por otros mayores que más tarde o más temprano intentan integrar la solución del pequeño fabricante con la suya propia, poniendo todo tipo de facilidades a la base instalada para que cambie al producto principal.

En el peor de los casos estos pequeños fabricantes desaparecen sin dejar rastro, quedando tras de si una ristra de clientes desatendidos que están utilizando producto sin apenas difusión para el que es muy difícil encontrar profesionales que de un servicio de soporte. En este caso más temprano que tarde se hace necesario un cambio, sino tareas tan sencillas como un cambio impositivo puede volverse un infierno sino se cuenta con personal IT muy especializado.

Matar moscas a cañonazos

En ocasiones algunas empresas llevadas por unas expectativas de crecimiento que no se alcanzan o asesoradas de manera deficiente.  Por una razón o por otra, acaban comprando soluciones sobredimensionadas que tienen mucha más funcionalidad y capacidad de la que necesitan.

Muchas veces estas soluciones se mantienen a pesar de estar infrautilizadas, debido a que a se ha invertido una cantidad importante de recursos para adoptarlas. También su sustitución implicaría el reconocer el fracaso o la equivocación de la persona  que tomó la decisión. Y es que el devenir de los proyectos tecnológicos no está exento de las afecciones del orgullo.

Aun con toda son cada vez más las empresas que dan marcha atrás y que deciden adoptar una solución más sencilla. Esto suele suceder especialmente cuando la implantación no ha llegado a buen puerto, no sólo en términos de operatividad y funcionamiento del sistema, sino también de adopción por parte de la plantilla de la empresa.

Ampliando horizontes

Cuando optamos por una solución del segmento medio bajo del mercado, siempre corremos el riesgo de quedarnos cortos conforme vaya creciendo nuestra empresa.  Aunque  hay muchos ERP´s de este segmento que nos permitan un nivel elevado de desarrollo, hay cierta clase de problemas que cuando se le plantean a una empresa son muy difíciles de resolver sin tener que rediseñar todo el esquema de su solución.

Ejemplos como una expansión internacional, integración o asimilación de otras empresas u enormes cambios de orientación en la filosofía de negocio, pueden convertir una solución  totalmente adaptada a una empresa en un estrecho corsé que le impida crecer. Ante este tipo de retos solo las soluciones más potentes del segmento alto (Tier 1) son capaces de dar respuesta a desafios de ese calibre.

En cualquiera de estos casos y en otros muchos, existen más razones para que una empresa pueda considerar el serle infiel a su ERP.

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