El ERP en la nube, estado de la cuestión

Durante los últimos años hemos escuchado hasta la saciedad  que el futuro es la nube, que el cambio era inminente y que ya no había marcha atrás. A día de hoy tras varios años de inminencia, la realidad es que son muy pocos los fabricantes, especialmente entre los del segmento de aplicaciones corporativas, capaces de ofrecer una solución cloud estable, consolidada y ampliamente funcional.  Mientras que en otros tipos de aplicaciones como el CRM la cuota de mercado de las soluciones cloud cubre la práctica totalidad del mercado, en el ERP su presencia es bastante más baja.  ¿Cómo puede ser que el principal software de gestión empresarial esté perdiendo el tren de la nube?

La primera explicación que se suele ofrecer y que de entrada suena a excusa, es la de la complejidad, lógicamente es mucho más difícil adaptar un ERP a la nube que un CRM, pero cuando vemos que algunos fabricantes han sabido hacer los deberes y están ofreciendo soluciones en la nube, no sólo totalmente funcionales, sino siendo más avanzadas incluso que las soluciones tradicionales, al haber captado perfectamente la esencia del formato y ofreciendo capacidades colaborativas y sociales nunca antes vistas en las aplicaciones on premise.

Demasiadas cuentas pendientes

La principal razón de este atraso, es sin duda alguna es el bajo perfil innovador y de inversión de la mayoría de las compañías aprovechándose de las importantes barreras de entrada, los largos periodos de reposición, las dificultades para cambiar de producto por parte de los clientes y su dominio del mercado para adoptar una posición cómoda y rentable. Cómoda en el sentido de que en general la innovación en el producto ha sido escasa, limitándose por lo general a añadir algunas mejoras funcionales y de usabilidad, dependiendo de la envergadura de la actualización, y rentable porque se han dedicado a vivir de los ingresos recurrentes de un mercado cautivo, especialmente desde la desaparición de gran parte de los pequeños fabricantes.

No es de extrañar por tanto que el enorme cambio de paradigma que implica pasar de aplicaciones cliente/servidor on premise a soluciones en la nube se le haya atragantado a gran parte de la industria.  Durante más de una década la mayoría del sector se dedicó a desdeñar abiertamente las soluciones ERP basadas en estándares web. Sólo cuando el avance de las soluciones cloud ha sido algo imparable han comenzado a prestar atención a un modelo de desarrollo que lleva años revolucionando el mundo del software de aplicaciones colaborativas en todos los sectores.

Y es que las soluciones cloud son sobre todo, aunque no exclusivamente, soluciones web. El desarrollo de este tipo de soluciones requiere de un know-how y una experiencia totalmente distintas al de las aplicaciones de escritorio. Cuestiones como la usabilidad, el diseño adaptable a los distintos formatos y navegadores, la interacción con aplicaciones de terceros y demás son altamente complejas. Las soluciones ERP son a fin de cuentas mastodónticas aplicaciones que en los casos más extremos han de ser capaces de soportar miles de usuarios concurrentes. No es fácil por tanto cambiar el modelo de desarrollo de unos paquetes de software tan sofisticados y complejos.

Simplificando hasta el extremo, podemos decir que el desarrollo se divide en dos capas: funcional y visual, lógica de negocio e interfaz de usuario.

El desarrollo web  o front-end tiene más que ver con la segunda capa y ofrece importantes ventajas sobre el tradicional modelo de aplicaciones de escritorio: no hay necesidad de instalar previamente en cada equipo, se puede acceder desde cualquier lugar, pueden soportar cualquier dispositivo con conectividad y diversos clientes web, gracias a las cachés del navegador su velocidad de funcionamiento puede ser prácticamente instantánea. Además la utilización de elementos comunes de la navegación web hace que la adaptación a este tipo de herramientas sea mucho más fácil.

Pero para poder aprovechar todas estas ventajas es necesario un importante esfuerzo por parte del fabricante, además de un importante know-how y trayectoria. No se pueden comenzar a hacer buenas soluciones web de la noche a la mañana. Algunos productos más maduros como JD Edwards llevan ofreciendo una versión web desde 2001 y el producto no ha parado de evolucionar desde entonces. Por mucho que una solución cuente con una potente funcionalidad eso nunca será garantía de que al migrar a web el producto será un éxito. Ciertamente es un modelo de desarrollo complejo y no vemos claro que todos los fabricantes sean capaces de cambiar su modelo de negocio con éxito.

Otro tanto pasa con las aplicaciones móviles y las soluciones de movilidad. Mientras las aplicaciones móviles habían revolucionado ya el planeta, la mayoría de los ERP seguían corriendo sobre un cliente pesado de escritorio y sólo algunos de los sectores con necesidades más específicas como el transporte o la distribución minorista contaban con soluciones que cubrían sólo en parte sus requisitos de movilidad.

 

Pocas opciones para los compradores

A día de hoy, en el mercado del ERP de nivel 1 sólo hay dos fabricantes que tengan productos Cloud: Oracle y EPICOR. El resto de fabricantes se quedan en proyectos y promesas. Oracle ha sabido recoger toda la experiencia adquirida en el desarrollo de soluciones web como: JD Edwards EntepriseOne o Siebel CRM para ofrecer una gama de productos cloud capaz de satisfacer todas las necesidades de la empresa: ERP, Customer Experience, Infraestructura, Planificación y Analítica. Todas ellas de fácil integración para que el cliente pueda configurar una solución de negocio a su medida, sin tener que preocuparse de requerimientos técnicos, hardware, infraestructuras, mantenimientos o cambios de versión.

Y es que el vender soluciones cloud no significa simplemente cobrar un alquiler por el software, implica un profundo cambio de paradigma para poder hacer la tecnología mucho más accesible, integrable y rentable para el cliente.