Realidad virtual en la empresa I

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La transformación digital está llegando a todas las empresas en mayor o menor medida. Innovaciones como aplicaciones informáticas en la nube, introducción de los dispositivos móviles, uso de wearables, etc. son algunos de los caminos que se están explorando para mejorar tanto a la empresa como a la actividad laboral de los trabajadores que la componen.

Dentro de estas innovaciones hay una que sobresale, y es el uso de la realidad virtual.

Desde hace algunos años, diferentes empresas de hardware han desarrollado y lanzado al mercado dispositivos en forma de gafas o cascos que permiten al usuario entrar en una realidad paralela, una realidad virtual, donde pueden actuar como meros observadores o interactuar con dicha realidad.

Hoy en día, estos dispositivos se pueden adquirir para uso doméstico con fines ociosos (videojuegos, cine en 3D, vídeos 360o…) pero poseen un potencial mucho mayor. Empresas de distintos sectores pueden utilizarlos para multitud de funciones en diferentes departamentos, mejorando su servicio o producto y el trabajo realizado por su personal.

Para empezar a hablar de realidad virtual se debe distinguir entre realidad virtual inmersiva y no inmersiva. Se entiende por realidad virtual inmersiva aquella en la que el usuario interactúa con una realidad tridimensional mediante dispositivos de captura de movimiento (gafas/visores especiales, guantes, punteros…). Por otro lado, la realidad virtual no inmersiva es aquella en la que el usuario interactúa con dicha realidad tridimensional mediante teclado y ratón, es decir, no se introduce por completo en esa realidad para interactuar con ella.

La realidad virtual inmersiva, como parece lógico, es más cara que la no inmersiva debido, en mayor medida, a los dispositivos necesarios para interactuar con ella. Asimismo, los ordenadores necesarios para crear y procesar este tipo de realidad virtual también la encarecen, dado que son necesarios equipos muy potentes para poder experimentar una interacción fluida con el entorno virtual.

No obstante, el uso de este tipo de tecnología, aunque puede resultar cara en un principio, puede abaratar un gran número de procesos en el corto y medio plazo, amortizando la inversión y dando un paso más allá en la transformación digital de su empresa. Asimismo, puede sumar valor al producto o servicio ofertado, creando un interés adicional atrayendo la atención de clientes potenciales.

En las próximas entradas profundizaremos sobre estos dos tipos de realidad virtual, su infraestructura, sus aplicaciones y sus ventajas dentro del mundo empresarial.