Las 5 cosas reducirán el coste total de tu ERP

1. Un roadmap detallado de nuevas versiones: Las herramientas que no evolucionan pueden ser a larga un lastre para su empresa. Si con el tiempo nuestra solución se va quedando atrás en funcionalidad y tecnología y además no es capaz de adaptarse a las nuevas exigencias que plantean los cambios en la empresa o en el mercado, nuestra decisión nos puede salir muy cara. Por eso las soluciones que cuentan con un compromiso explicito y concreto de desarrollo y evolución por parte del fabricante, a larga son siempre menos onerosas para la empresa. Eso si, el fabricante debe tener un mínimo de solvencia en terminos de trayectoria, solidez financiera de la empresa y una cierta posición el mercado.

Si su software se queda atrás, su empresa también corre  el riesgo de quedarse atrás y ese es un riesgo que nadie puede asumir.

2. Un compromiso de soporte a largo plazo explicito por parte del fabricante:  Sin un compromiso de soporte por parte del fabricante cualquier cambio como una actualización de tipos impositivos o la aplicación de un nuevo impuesto puede convertirse en una auténtico infierno. Con un soporte de primer nivel no supone ningún problema, pero sin él hace falta un conocimiento de primera mano del sistema y probablemente unas cuantas horas de desarrollo/configuración.

Si este tipo de situaciones comienzan a repetirse se vuelven cada vez más frecuentes con el tiempo, estaremos asumiendo un sobrecoste de mantenimiento que probablemente no contemplamos en el momento de la compra de nuestro ERP.

3. Un nutrido ecosistema de empresas de servicios asociados y freelancers: A lo largo de todo el ciclo de vida nuestra solución tendremos que contar seguramente con el servicio de terceros ajenos a la empresa especializados en el ERP. Por muy bien acotemos el alcance de nuestro proyecto, siempre estamos expuestos a cambios en la marcha del entorno, la empresa, rotaciones de personal etc… En ese caso siempre es preferible tener donde elegir y comparar.

4. Un entorno de desarrollo restringido:  Durante el ciclo de vida de un ERP los desarrollos suelen ser inevitables. Siempre es preferible que nuestra solución disponga de un entorno de desarrollo estructurado y organizado, que limite en cierta manera la capacidad de los desarrolladores para hacer modificaciones y que nos permita echar  para atrás aquellas modificaciones que a la larga creen problemas.

Tener además una organización estructurada de los desarrollos, facilitará enormemente las tareas de actualizaciones y cambios de versiones. En este tipo de proyectos lo que más trabajo requiere es actualizar los desarrollos a medida, especialmente cuando estos modifican aspectos de la funcionalidad básica de la solución.

5. Una arquitectura multiplataforma que garantice la independencia sobre el soporte de terceros:  Aunque a priori pueda ser más costoso el contar con un ERP que funcione sobre distintos sistemas operativos y bases de datos, a la larga esta opción nos da mucho más flexibilidad. Además, este tipo de soluciones suelen ser mucho más fáciles de integrar con software o equipos de tercero, lo que a la larga será inevitable en cualquier tipo de negocio.

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