¿Hay que estar en las redes sociales?

En los últimos años ha surgido un nuevo credo universal cuyo principal dogma es que las redes sociales son la repanocha.  Si alguien no tiene un pérfil en Facebook es que simplemente no existe, si quieres tener relevancia, dedícate a darle al botón de Megusta de todo lo que publique la gente, seguro que también promocionaran tu contenido, aunque ni siquiera lo lea….

Nada nuevo bajo el sol

El concepto de red social, fue propuesto a principios del siglo XX,  aunque el fenómeno de comunicación social, no comenzó hasta comienzos del XXI con myspace.com, red social ahora caída en el olvido. A nivel de innovación las redes sociales no son fruto de desarrollo de ningún tipo de tecnología específica, surgen de aplicación de la tecnología web y los sistemas de gestión de bases de datos a la comunicación interpersonal. Nada nuevo bajo sol, las redes sociales funcionan bajo la misma tecnología que los grandes directorios o periódicos online. En los últimos tiempos algunas compañías como Twitter o Facebook han propugnado la utilización de nuevas tecnologías tipo No-SQL con la intención de dar respuestas a los problemas específicos de los grandes volúmenes de datos que manejan, pero no podemos olvidar que el núcleo esencial de Facebook, fue codificado en pocas semanas por un estudiante, hoy venerado como paradigma del emprendedor tecnológico.

La función principal de las redes sociales es la comunicación a nivel personal de forma masiva. A diferencia del e-mail nos permite comunicar contenido a muchas personas a la vez o recibir de manera simultánea las publicaciones de muchas personas. Conforme se ha ido extendiendo su uso a capas cada vez más amplias de la población también se ha convertido en el sustituto de un elemento que fue imprescindible para la comunicación durante la segunda mitad del siglo XX: el listín telefónico.

Así como antes cuando queríamos localizar a alguien utilizábamos el listín telefónico, ahora simplemente tecleamos su nombre en Facebook y podemos estar en contacto con él, a golpe de un par de clicks. Incluso podemos obtener mucha más información que consultando un listín para saber si realmente queremos recuperar el contacto con él. En pocas palabras: nos permite alcahuetear.

El verdadero secreto del éxito

Y esa es la verdadera diferencia de las redes sociales es que nos permiten ver y ser vistos, son el nuevo sustituto de la antigua plaza del pueblo a la que bajaban todos hablar. En mundo en el que generalmente nuestros vecinos suelen ser unos auténticos extraños gran parte de esa grata comunicación interpersonal se realiza vía Megusta. Hoy en día nuestro entorno físico no coincide con nuestro entorno emocional, solemos estar separados físicamente de la gente  que nos importa. Estas sin duda son las verdaderas claves que han hecho de las redes sociales un instrumento tan utilizado.

Como todo, las redes sociales necesitan dinero para funcionar, y era lógico que las empresas, tarde o temprano se hicieran notar en unos entornos virtuales de ocio donde la gente pasa tantas horas. Su modelo económico es similar al de la radio,  televisión y otros medios, digitales: pago por presencia.

El nuevo becerro de oro

Antes incluso de que las redes sociales tuvieran un mínimo éxito, centenares de apóstoles del nuevo credo salieron exaltados a proclamar las bondades de la nueva panacea. Poco a poco, lo que antes una afición esporádica como chatear en los foros, pasó a convertirse en nueva profesión determinante: el Comunity Manager que a través de foros, blogs, posts y tweets, se dedicaron a repetir al unísono el nuevo y sagrado mantra: hay que estar en las redes sociales.

Da igual que seas carpintero, fabricante de piezas para la industria aeroespacial, agente secreto o traficante de armas, es imprescindible tener presencia en las redes sociales.  A partir de entonces surgió una frenética carrea para crear perfiles en Twitter y páginas en Facebook, en la que se ha invertido gran cantidad de tiempo y esfuerzo con resultados dispares aunque pobres en las mayoría de los casos.  Y aun así todavía casi ninguna voz se ha alzado contra el nuevo mandamiento: hay que estar en las redes sociales.

Cualquier persona con un mínimo de sentido crítico, que no esté intoxicada por los efluvios del nuevo opio, se dará cuenta  de que hablar con nuestro carnicero a través de Facebook no nos aporta más valor que poner un sms o un correo. ¿Quién quiere ser amigo de su compañía de la luz? ¿Acaso merece la pena retwitear las hipotecas de nuestro banco?

Una respuesta a “¿Hay que estar en las redes sociales?”

  1. Lo primero buen artículo.

    Soy un panadero de barrio, tengo que tener un grupo en facebook, con 15 «me gustas» que te han dado tus amigos? ó crearse una cuenta en twitter, con el fin de promocionar su negocio? Que cosa más cutre por dios. Yo creo que la gente se ha vuelto loca con estar presente en las redes sociales.

    ¿Quién quiere ser amigo de su compañía de la luz?

    Yo te responderé esa pregunta, cualquiera que quiera adquirir 2X1 en entradas de cine, una famosa compañia de luz realiza un concurso en su página de facebook y cuenta de twitter, donde pone una imagen de una pelicula y a los primeros 10 que la adivinen reciben un 2X1 en entradas de cine.

    Si el panadero que he nombrado antes, regalara dos decimos de la loteria de navidad en su facebook y dijera que lo sortea entre todos los que pongan me gusta, tendría miles de me gustas, este tipo de campañas la han realizado bares de barrio regalando un misero decimo y han llegado este invierno a los miles de me gustas.

    ¿Debo estar en la redes sociales?
    Depende de tu imaginación y potencial

    Pienso crear un artículo sobre esto.

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