¿Cómo sacar partido al Cloud en mi empresa?

Para poder obtener un beneficio de real de la migración a plataformas Cloud en su empresa, lo primero y más importante es tener una idea clara de cuáles son los costes actuales en cuanto a equipos informáticos, infraestructuras, software, soporte y mantenimiento se refiere. Si queremos realizar un cambio exitoso es necesario tener en cuenta la amortización de las inversiones en curso.

Si por ejemplo su empresa renovó hace poco todos los equipos, comprando licencias perpetuas de Windows, Office o instaló hace poco un ERP adquiriendo servidores, licencias y servicios difícilmente podrá sacar partido de un cambio de paradigma, si esto implica tener que desaprovechar todas las inversiones en curso.

No obstante no todas ventajas de la adopción del Cloud se basan en una cuestión de dinero efectivo sobre el coste actual. También hay que tener en cuenta la flexibilidad que nos ofrece este modelo, a la hora de poder adaptar los costes operativos de nuestra empresa a la realidad de cada momento. Esto no solamente mejorará nuestra capacidad de respuesta ante aumentos o disminuciones en la demanda, también nos ayudará a mejorar las posibilidades de supervivencia de nuestra empresa, reduciendo nuestra exposición a las malas  decisiones de inversión.

Si una empresa hace un importante desembolso en un nuevo Centro de Datos y un ERP de Tier 1 con importante coste en número determinado de licencias y luego sufre un importante descenso en ventas, que le obliga a rehacer su estructura, puede tener un problema grave. Se encontrará con una potente inversión de la cual difícilmente podrá sacar partido. En cambio con un modelo Cloud, tendrá garantizado que sus costes operativos siempre se adapten a las necesidades de cada momento.

Al final lo que estamos debatiendo aquí es un medio de alquiler frente a propiedad. En general el mundo empresarial la tendencia es potenciar el primero frente a la propiedad. Sólo hay que ver el claro ejemplo de cómo la mayoría de los grandes bancos se han deshecho de la propiedad de gran parte de los espacios que ocupan.

 

Ahorrando en equipos e infraestructuras

La parte más obvia de ahorro que se le viene a  la cabeza  es el ahorro en servidores. Dependiendo del tamaño de la empresa este puede ser un buen pico.  En instalaciones de un sistema ERP por ejemplo que requiera un servidor propio, lo cual es necesario en la mayoría de los casos cuando hablamos de empresas de un cierto tamaño, suele representar entre un 20% del presupuesto. Con sus costes de luz, ventilación, espacio y mantenimiento.  Está claro que si optamos en modelo Cloud estos costes desaparecen.  ¿Pero son estos lo únicos costes que podemos reducir?

Si atendemos a los equipos portátiles y de sobremesa que se utilizan hoy en las empresas veremos con facilidad que la mayoría de ellos están sobredimensionados. Es decir salvo honrosas excepciones en los que se utilizan programas de escritorio que demandan altos niveles de recursos computacionales o incluso hardware especial como tarjetas de video. En el resto de las ocasiones los equipos son utilizados para tareas básicas de ofimática y como mero cliente de sistemas centralizados.

Y es ahí donde surgen las oportunidades. Si su empresa está totalmente inmersa en una arquitectura Cloud o 100% web. Puede tener un ahorro importante en equipos mediante la adquisición de dispositivos con Chrome OS. Este sistema operativo de Google hecho para trabajar en la web funciona sobre equipos muy ligeros de hardware, poca RAM, casi nada de disco duro. Pero más que suficiente para la mayoría de usuarios. Son rápidos y fáciles de manejar. Se actualizan de manera automática, con el consiguiente ahorro en mantenimiento de equipos. Incluyen software para realizar de manera gratuita muchas de las tareas más comunes: textos, hojas de cálculo, presentaciones, incluso videoconferencias. Tal vez no estén al  nivel de la última versión de Microsoft Office pero ofrecen una calidad mucho más que suficiente para la mayoría de los usuarios.

Ahorrando en software mediante el Cloud

Está es sin duda la parte más compleja. Si bien los ahorros en vil metal se pueden presentar de manera clara en cuanto al software la cosa puede ser más compleja de determinar,  aunque a priori pueda parecer igual de sencillo.

Lo primero que  tenemos que tener en cuenta es el coste de transición. Cuando cambiamos de un ordenador viejo a uno nuevo podemos recuperar fácilmente nuestro nivel previo de productividad en cuestión de horas o días. Pero cuando hablamos del uso de aplicaciones empresariales complejas, es otra historia. Especialmente cuando hablamos de usuarios con un alto nivel de eficiencia que conocen a la perfección el software y sus atajos y que llevan años trabajando con la misma herramienta. El conseguir que vuelvan a rendir al mismo nivel es cuestión de dinero y tiempo. Recursos en formación y un periodo de adaptación con menor rendimiento.

No obstante si tenemos en cuenta las mejoras en usabilidad que se han dado en los últimos años en todo tipo de aplicaciones. Ciertamente esta brecha se puede ver reducir. Especialmente cuando hablamos aplicaciones web. Que comparten por lo general unos estándares básicos de navegación e interfaz gráfica comunes.

En cuanto al coste de suscripción, que sustituye al coste de adquisición, mantenimiento y actualización, cabe duda que las barreras de entrada son siempre menores. Ya que un pago mensual de cuota frente a un desembolso importante inicial viene a significar una financiación de facto.

La duda que surge a muchas empresas es si a la larga sale rentable el modelo de suscripción. Bueno para esto siempre hay que echar números. Lo que está claro que un modelo por suscripción es más fácil que el número de licencias en uso sea siempre el justo que necesitamos.

En un modelo Cloud las aplicaciones son auto actualizables, lo que nos permite disponer siempre de la última versión con todas la mejoras incorporadas.

 

Resumiendo si una empresa quiere aprovechar al máximo su migración a entornos cloud, tiene que tener en cuenta los ciclos de amortización, estar abierta a nuevas posibilidades y sobre todo. Adoptar un modelo u otro de pleno. Quedarse a medio camino puede genera costes innecesarios. Gracias por vuestra atención.